Se siente como amor para mí

Todo comenzó en la madrugada de un día de la semana que ya no recuerdo. El mimors y yo estábamos teniendo una conversación muy delicada en plena madrugada. Él me escribió a eso de la una y media de la madrugada, yo le contesté a las siete -porque me despierto en horas del Diablo (C), se sabe, es mi proceso creativo- y cuando me volví a despertar a eso de las nueve y media, no había recibido respuesta.

No era una pelea pero sí una conversación bastante importante, tensa y amarga. Yo tenía las tripas enrededas, -me sorprendí de no haberme ahorcado esas horas que intenté reconciliar el sueño- y no pude comer nada sólido en toda la mañana. Sentía que en cualquier momento iba a vomitar de lo angustiada y nerviosa que estaba. No tenía la cabeza en su lugar, veía mi teléfono, esa ventana al mundo, y sólo podía ver y escuchar interferencia.

Me pregunté entonces cómo es que había llegado hasta este punto. Cómo es que el control, mi propio control, se me había escapado de las manos. ¿En qué punto dejé dominarme tan ~violentamente~ por mis propias emociones?

No era una pelea pero yo me sentía muy angustiada y muy herida como si fuera una. No hubo gritos ni palabras altisonantes ni amenazas ni nada y yo me sentía muy a la defensiva, protegiendo mi punto de vista y mis deseos pero en algún punto de ese día me detuve y contemplé mis propias intenciones y mis motivaciones y entendí que no podía ni quería doblegarlo a que hiciera lo que yo quería.

Porque de eso no va esto del amors, ¿Verdad? Aborrecí por completo que no me estuviera haciendo caso pensando que yo tenía razón, ¿Pero y si la razón era la de él? Quiero decir, es un asunto personal muy suyo, ¿En qué momento hubo vela ahí para mí? 

Me detuve en seco y con la mandíbula adolorida de tanto apretar los dientes y los puños tensos tuve que dar marcha atrás, deseando por dentro no arrepentirme.

Luego me di un chapuzón dentro de mi cerebro para poder recabar información para saber cómo manejar esto lo mejor posible y sólo encontré anécdotas ajenas -heterosexuales, además-, memes y quizás algunas referencias en novelas del siglo 18 y series de Netflix.

Ignorante quedé.

Lo cierto es que no sé nada sobre el amors (romántico o de cualquier tipo, la netflix) No sé cómo llega, qué lo detona ni cuánto debe durar. No sé distinguir percepciones ajenas, no sé nada. No conozco las reglas, no sé cómo deberían ser las cosas y honestamente pienso que eso me da una desventaja tremenda porque estoy consciente de que no ~vivo~ el amor como lxs demás, por muchas cosas que me atraviesan.

Nunca hablo con alguien con la intención de ~ligar~; un día simplemente me despierto a las tres de la madrugada con una ansiosa necesidad de llamarle a esa persona para decirle que me gusta pero no sé recapitular. Estoy bien y al minuto siguiente ya estoy hasta el cuello. ¿Cómo? Ni idea. ¿Por qué? Menos sé. Sólo sé que así sucede.

Siento que voy caminando a tientas en un laberinto tan oscuro que no puedo ver ni mis propios pies.

Claro y ustedes podrían decir "pero, Charlie Marian, has tenido novixs antes" y sí. Intento recordar lo que aprendí de esos ex-amores pero siento que no es mucho o no es muy iluminador, más bien es de sentido común, no me es de mucha ayuda cuando son situaciones así de específicas.


¿Cuáles son los límites de un amor que nunca se caracterizó por tenerlos? ¿Hasta dónde puedo llegar, hasta dónde puedo insistir en presionar con mi razón, por mi propio deseo? ¿Es que no cabe mi voluntad?

El mimors y yo rara vez tenemos desacuerdos, empatamos bastante en lo general podría decir (? pero es un punto, un tema que ya hemos hablado y tiene tiempo entre nosotros. Me altera un poco pensar que no lo hemos sabido sortear con precisión, me enoja mucho saber que no estoy haciendo nada por él porque él no quiere dejarme.
¿Cuál es mi siguiente movimiento? La antigua yo lo que haría sería gruñirle incoherencias, enfurruñarme, darle un puntapié al piso o a la silla de junto y quedarme así, como niña berrinchuda.

No lo hice, porque ya maduré -aunque sea un poquito- y eso es a lo que voy. ¿Qué debería hacer? ¿Quién me dicta lo que debo hacer? ¿A quién debo oír?

Pienso mucho en las historias de amor que he leído -que son muy pocas, la verdad, casi no me gusta leer de ese género- y no encuentro muchas soluciones ni modelos explicativos ni nada. Y YA SÉ, la naturaleza humana es cambiante, fluida, no es exacta ni tiene respuestas cerradas ni concretas, no voy a encontrar lo que busco pero un poquito de orientación vendría bien, para variar.

Hablar con K* siempre me servía porque era como sentarme a escribir pero sin escribir tan inhibidamente como suele pasar cuando lo hago. Ella no me juzgaba y sabía lo que era ser yo, más o menos, entonces podía orientarme, dentro de ese mismo diálogo reflexivo podía encontrar un poco de dirección pero ahora ya no está, ya se saben ese cuento.


Entre suspiros e inhalaciones exageradamente largas y pesadas perdí mucho aire ese día. Decidí ser paciente y creer en lo que él dijo. Quiero decir, no tenía de otra. El amor es eso: confiar y ser paciente. Decidí seguir a mi corazón, porque al final, es lo único que me va a llevar de regreso a él si me pierdo, como ya ha pasado antes.


Al final eso pasó y estamos bien. No sé cuánto tiempo más vamos a seguir así, si las cosas van a mejorar o van a empeorar o si clavé nuestro último clavo en este ataúd. No lo sé y no quiero pensar en posibilidades con ese tono tan escabroso.

Pienso que lo que hice se sintió como amor y al final eso es lo único que importa.

Para tu información

Cuando tuve la fantástica idea de iniciar un blog, por allá del 2015, me imaginaba que no sería muy tedioso y me mantendría en forma -artísticamente hablando-, ya saben, sólo se es buena escritora escribiendo mucho. Asumí que siempre tendría algo de qué quejarme, algo qué contar y que, claro, no habría nadie interesadx en leerme. Con esa confianza he escrito en internet desde que tengo acceso a él.

En twitter, en facebook, en este blog, en tumblr, en todas y cada una de mis redes sociales y blogs, colaboraciones y canales de youtube, he escrito como si nadie me fuera a leer. Me gusta hacerlo. Es la única manera que tengo de sentirme libre y expresarme sin cohibirme o que me entre la ansiedad cuando pienso que expuse demasiado.

A lo largo de estos cinco años, si bien no ha "crecido" en proporción a mis redes sociales, sí he logrado que un puñado de personas curiosas se interesen por lo que tengo que escribir. Les agradezco.
También a lxs que me odian y sólo pasean sus ojos por aquí esperando encontrar algo terrible que haya vivido, porque yo sé que no me quieren ver feliz.

He vivido una montaña rusa de emociones a lo largo de este tiempo que he escrito sobre mi vida y mi manera de ver el mundo y aunque no soy la persona más correcta, que me equivoco, no soy perfecta y puedo ser muy temperamental y necia, siempre he sido honesta y vulnerable. He encuerado mi alma más veces de las que puedo contar y en este punto no tengo ni idea de por qué lo sigo haciendo.

Siempre hay algo que tengo que decir, eso téngalo por seguro, pero no siempre tengo la energía para hacerlo. La situación del mundo me tiene sumida en la más profunda de las desesperanzas y mis propias angustias personales me impiden pensar con claridad. Mis pensamientos son como globos, que si no ato apenas se inflan se me van y luego tengo que ir por las escaleras para alcanzarlos y mientras lo hago más globos flotan y flotan en direcciones diferentes y termino llorando en la regadera mientras me baño de lo dispersa e inútil que me siento.

Me siento mal, muy mal, no saben cuánto. No hay día en que no llore y estoy cansada. Quiero dormir todo el tiempo pero también sé que tengo mucho por hacer, sobre todo en fechas tan próximas a decidirse mi futuro laboral. Quiero darme un descanso del internet pero me siento culpable porque sé que podría estar compartiendo información, fotos de gente desaparecida, videos para denunciar violencia, firmar peticiones...

Me siento drenada. No quiero seguir más.

Van a tener que ser pacientes conmigo y el blog.

Sí, sí eres racista

Hagamos este ejercicio. Tienes 0, sumas 1 punto por cada cosa que SÍ has hecho/hiciste/haces.

-Has pensado/dicho "Ese color no le queda a las personas morenas"
-Has pensado/dicho "Se vería más bonita si fuera más apiñonada/blanca"
-Usas filtros de Instagram o X programa para verte más blancx.
-Te pones litros de bloqueador y evitas el sol "para no broncearte".
-Has pensado/dicho "Qué bonitos ojos de COLOR" cuando te refieres a azules o verdes.
-Te dan miedo las personas vestidas de "cholo" porque piensas que te van a asaltar.
-Has pensado/dicho "Qué india/indita" para referirte a la ignorancia de alguien.
-No distingues entre "indígena" y "pueblo originario".
-Piensa en la última película que te gustó y cuenta cuántos personajes PRINCIPALES racializados hay. Si menos de la mitad es racializada suma 1 punto.
-Dices "negrito", "morenita", "chinito", "hindú" para aminorar la connotación negativa que tienen esas palabras.
-Usas el "cara de olmeca" para insultar
-"Yalitza Aparicio no tiene ningún talento, está sobrevalorada y sólo la quieren por ser indígena"
-Celebras el "Descubrimiento de América" y crees que Cristóbal Colón era un buen tipo, digno de recordarse.


Es un simple ejercicio de autoevaluación. Si son honestxs, estoy segura que no tendrán menos de 4. En el peor de los casos, dirán que tienen menos de 4 porque no soportan la idea de que les echen en cara su basura.

Sí, sí eres racista.
Al padre/pastora, equis igriega y zeta de tu iglesia puedes engañar, a tus progenitores, a tu pareja, a tus hijxs, a tus seguidores de twitter también. A mí no. Eres racista y con el racismo enredado hasta lo más profundo de tu ser, tan arraigado a tu centro que te está pudriendo por dentro. Lo sé porque yo también lo soy.

Vivimos en una cultura profundamente racista, vivimos en un mundo colonial eurocentrista, no hay pinche manera en el planeta de escaparse de eso. Nos enseñaron que "ay pobrecitos los inditos", que la piel blanca y los rasgos largos y delgados son lo estéticamente aceptable, lo bonito. Nos enseñaron que los hombres negros tienen penes enormes y los hombres asiáticos -más en específico, los japoneses, chinos y coreanos- tienen penes pequeños. Nos enseñaron que "tienes cara de ornamento prehispánico" es el peor de los insultos, porque nadie quiere parecerse a ellxs. Nos enseñaron que en México vivían indígenas, que luego llegaron lxs españolxs, nos violaron y de ahí nacimos, "lxs mezclados".

Nos enseñaron que ser blancx y delgado era una aspiración. Que usar Iphone, comprar ropa en Zara y usar filtros de Instagram nos daría estatus, clase. Nos enseñaron que lo diferente estaba mal, que era feo, que la piel oscura, las narices anchas, los labios prominentes, el cabello afro, medir menos de 1.50 o usar ropas "fuera de moda" eran un castigo. Una condena.

En un mundo construido, escrito y dominado por gente blanca, claro que lxs que nacimos de otro color estamos mal vistxs.

No puedo culparles -sí puedo pero no quiero llegar todavía a la parte donde lxs hago sentir mal-. Nacimos bombardeadxs con esas ideas y les creímos. Les creímos de tal forma que ya ni siquiera es necesario decirlo en voz alta o ponerlo en un anuncio en FB. Así ya lo sentimos.

Nos resulta tan natural y tan normal el odiar a la gente por su color de piel que es prácticamente automático. Ni siquiera podemos distinguir entre lo que de verdad pensamos y lo que nos obligaron a pensar.

Es normal para nosotres cambiarnos de calle cuando vemos a alguien vestido de cholo o siquiera con algunos rasgos de. 

Es normal para nosotres pensar que alguien de piel morena rojiza es pobre, quizás no se baña, a lo mejor huele feo. 

Es normal para nosotres decir "qué bonita niña negrita" pero por dentro dar gracias a Diosa que nuestra hija no se ve así.

Es normal para nosotres idolatrar y seguir a la gente blanca, pensar que no hay nadie más guapa que Anne Hathaway o que no hay hombre más sexy en el mundo que Chris Evans.

Es normal para nosotres sentirnos ofendidxs cuando alguien se refiere a nosotrxs como indígenas.

Es normal para nosotres reírnos de los ojos "orientales", de las comidas asiáticas, de la religión hindú -que sí, el hindú es una religión, no un pueblo-.

Es normal para nosotres creer que existen las "razas", que cada color tiene su lugar en la cadena alimenticia humana.

No existen razas. Existe la gente RACIALIZADA, o sea, absolutamente todxs lxs que no son blancxs. 

Ser blancx es el cánon. 

¿Cómo es que vamos a sacarnos esa idea de la cabezota si nos restriegan una y otra vez que la gente blanca es la única que existe y la única que vale?

Si tienen cuenta en Netflix, lxs invito a que abran su perfil y vean los primeros programas. Vean sus protagonistas, vean cuánta gente de color hay.

Si no tienen, abran youtube y vean los videos de moda, los nuevos videos musicales, youtubers, etc. ¿Cuántos tienen gente de TU COLOR?

Exacto.

Claro, no digo que todo ese contenido esté hecho por gente que detrás de un escritorio y tras una macabra risa dice "ODIO A LA GENTE MORENA". No. Es el 2020, si alguien sube un video tuyo diciendo eso es tu fin, pero no necesitas gritarlo al mundo para que se vea que lo piensas. Suficiente con NUNCA CONTRATAR GENTE MORENA -ajám ajám M*nolo C*ro-, nunca escribir sobre ellxs, nunca ponerlxs en el reflector para que lo des a entender.

Quizás no odies a la gente morena, gente negra, gente amarilla, gente café, gente rojiza. 

Pero si sólo sigues a gente blanca es un odio más sutil, más por debajo del agua.

La falta de inclusión sólo es el pico del iceberg pero es un pico muy visual.

A la gente negra no la están matando porque sí, la están matando por su color de piel. A los pueblos originarios los están dejando morir sólo porque sí, los están dejando morir por su color de piel, por su idioma. A la gente asiática no la están apuñalando en la cara sólo porque sí, la apuñalan por sus rasgos, por su cultura.

Nada es casualidad. El odio, el racismo, es sistemático. Tomé como ejemplos Netflix y Youtube porque necesitaba tomar referentes populares para que lo vieran claro.


Sí, sí eres racista.

Quizás no seas un policía asesinando a gente negra en estados unidos, y quizás no seas un diputado panista enviando whats para preguntar por menores de edad de pueblos originarios para violarlas.
Quizás eres una doña/don/otre nadie en el mundo y crees que tus comentarios no lastiman a nadie pero sí lo hacen.

Tú sostienes el sistema y lo alimentas con tu falta de empatía y sensibilidad. Tus palabras, tus comentarios moldean tu realidad y la realidad ajena. Tus alumnes verán eso de ti, tus hijes también. Tu pareja se traga tu racismo, tus hermanes también. Y todo ese odio dentro de ti crece a pasos agigantados y se va uniendo con el de lxs demás hasta formar una bola de nieve colina abajo.

Lo que crees que empieza como un chiste termina siendo la sentencia de muerte y exilio, marginación, para alguien más.

Lo que crees que es una "broma" en tu círculo de amigues, en medio de una peda, se vuelve una bomba de tiempo que no vas a poder detener. Nadie podrá.

No digas que no "te importa el color" o peor aún, que "no lo ves".

Sí existe el color, todxs lo tenemos, hasta lxs muertxs. Decir que no te importa o que no lo ves es borrar toda la historia de los pueblos racializados. 

Decir "yo respeto a todes sin importar el color de su piel" es decir que te valen verga los 300 años en que la gente negra fue esclavizada en gringolandia (y el mundo entero) a manos de lxs blancxs.

Decir "la belleza no tiene color" es decir que te valen verga las millones de personas de pueblos originarios que viven en la pobreza extrema, la marginación y la opresión capitalista centralizada.

Sí importa el color. Sí te importa y sí lo ves. No es "woke" decir lo contrario.

EL COLOR SÍ IMPORTA.

Nuestros rasgos sí importan, nuestra ropa y nuestros acentos importan. Nuestros idiomas importan. Nuestros apellidos importan. Nuestra historia familiar importa.

No menosprecien todo lo que han vivido (y sobrevivido) nuestrxs antepasadxs. 

Y ahora aquí viene la pregunta del millón que espero hayan abierto este blog teniéndola en mente:

¿Cómo acabamos con el racismo?

El primer paso para cambiar algo es aceptar que algo está mal, ¿De acuerdo? Sé que les va a doler pero ahí les va:

Sí, sí eres racista.

Eres basura blanca y si no eres blancx pero tu piel no es oscura es porque te beneficias del colorismo -así como yo mera-

Sólo aceptando eso vas a poder avanzar al siguiente paso. Te doy un par de minutos para que te pongas crema de la c*mpana para que te quite el ardor de colita que seguro te dió después de admitir tan brutal verdad: tu racismo.

Sí, sí eres racista pero el racismo no es una enfermedad incurable. Puedes ser mejor. Debes serlo. 

Acércate a colectivos antiracistas, infórmate, sigue a gente racializada activista (gente negra, gente de pueblos originarios, gente asiática, etc, etc, etc.), edúcate y deja que te eduquen. 

¿Te va a doler? 

Claro, aprender duele pero desaprender duele más. Te prometo que lo valdrá.

Detén en seco a tus amigues cuando saquen sus comentarios racistas. Edúcalxs también, educa a toda la gente a tu alrededor. Desprende esos prejuicios y el veneno en tu corazón como tan religiosamente los adoptamos sin cuestionar.

Cállate cuando te pidan que te calles y escucha cuando tengas que escuchar. Seamos soldadxs, no líderes, porque ésta no es una lucha donde nosotrxs debamos estar al frente -a menos que seas racializadx, tons sí, obvi-

Corta relaciones con gente que no quiera aprender, no puedes dejar que ese veneno te toque de nuevo porque la siguiente vez puede ser mortal. 

Aprende, abre los ojos y usa tu privilegio blancx/clarx para proteger a grupos vulnerables. Pon el cuerpo y levanta la voz. NO INTERFIERAS NI PROTAGONICES. Sé una voz más del fondo que haga que el mensaje se haga más fuerte pero nunca que sean tus palabras.

Es un proceso de TODA LA VIDA, no es algo que en cuatro meses puedas cambiar y aunque lo cambies el sistema ahí está afuera. Pero para luchar contra el sistema debemos convertirnos en contrarios al sistema.

Te va a doler y te vas a equivocar, te van a llamar la atención y tu precioso ego de sabelotodo insufrible va a quedar lleno de moretones. Pero lo valdrá.

Las vidas negras, las vidas cafés, las vidas rojizas, las vidas amarillas son invaluables. 

Únete a la revolución o quédate en el lado incorrecto de la historia y cae. 

Cada quién hace lo que puede con lo que tiene y da lo que tiene.