viernes, 27 de marzo de 2020

A lxs ofendidxs por mi blog:

Inicié este blog desde el 2015, así que durante los últimos cinco años he aprendido bastante sobre escribir para les demás: No como tal el acto, sino más bien gestionar lo que hay dentro de mí para expresarlo con moderación y contar historias. Por momentos me agobia sentirme presionada a escribir aunque no tenga nada que decir, ya que, bueno, este blog se inició como una verborrea más y por momentos me agobian otros aspectos del mismo.

Este blog lo escribo YO, Charlie Marian, sobre MI VIDA, sobre MIS FRACASOS, sobre MIS ÉXITOS, sobre MIS MIEDOS, sobre MIS ENAMORAMIENTOS, sobre MIS RUPTURAS, sobre MIS AMIGUES, sobre MIS SUEÑOS, sobre MIS HERIDAS, sobre MIS TRAUMAS, sobre MIS EX.

Es de temática privada, yo me siento los viernes o sábados o dependiendo el día y después de un par de tragos de café (o alcohol, lo que sea que tenga a la mano) escribo sobre MIS COSAS. Nadie me dice qué escribir, nadie me impone temas y a pesar de que sí hay gente que me ha pedido que escriba de temas en específicos, no lo he hecho.

Es MI BLOG y yo escribo lo que quiera en él.

Ahora, CHARLIE MARIAN, ¿ESO TE DA PERMISO DE HABLAR MIERDA DE LA GENTE?

No.

No me lo da.
Y voy a decir lo mismo que he dicho siempre: Voy a dejar de escribir de ustedes cuando dejen de molestarme.



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La lógica es: Si tanto me odias, si tanto te cago, si tanto me desprecias, ¿Por qué insistes en venir una y otra vez?

No me ha pasado una vez, me ha pasado MUCHAS VECES. No entiendo. Si a mí alguien me cae mal lo que hago es simplemente apartarle de mi vida y YA ESTÁ. 

¿Cuál es su necesidad de saber qué hago con mi vida, con quién me beso, a quién amo, con quién me junto? ¿Por qué sienten tanta obsesión conmigo? Tantito peor: ¿POR QUÉ LES IMPORTA TANTO ESTE BLOG?

Seguro, tiene algunos post que son medianamente buenos, hasta podría decir que interesantes y útiles. No los culparía si quieren seguir leyendo las pocas o muchas cosas buenas que tengo para contar.


Sí los culpo porque La Censura (c) no me va. Sí los culpo porque si aportaron algo (bueno o malo) a mi vida, es normal que aparezcan esas anécdotas desfilando por aquí. ASÍ COMO YO LAS VIVÍ, no como tú piensas que lo hiciste, ni lo que tú sentiste o pensaste.

Todo esto es a título personal. Yo. Mis amigues. Mis vivencias. Mis novies. Mis trabajos. Mis sueños. Mi manera de pensar y de sentir y de ver el mundo. Honro el amor que siento por las personas, honro las historias que viví con ustedes. Honro mi corazón y mi sanación a través de contar mis vivencias, con metáforas, de forma directa, usando nombres y screenshots, usando canciones, personajes, tweets, y palabras crudas, honestas e intoxicantes.

Esto soy.


No me voy a disculpar. 


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No soy ni me hago la víctima en esto. Estoy bien consciente de la cantidad de mierda que he escrito de mucha, muchísima gente. Incluso del mismo mimors (que es la persona que más amo y significa para mí en todo este ancho mundo) he escrito mierda con eme mayúscula. He lastimado a mucha gente, lo sé. Por temporadas, momentos, en situaciones, me he portado como una perra culera. LO SÉ.

Soy dueña de mi mierda, y soy dueña de mis palabras. A veces he escrito cosas con precisamente la intención de herir, otras veces no. Me he disculpado cuando ha sido preciso, de forma pública y de forma directa. No me retracto tho. Me quité esa tendencia de borrar los post amargos para "guardar una imagen" de mi blog.

Mi vida y yo misma puedo ser amarga así como soy divertida y soñadora y sensible y humana. También me encabrono y también suelto putazos a la menor provocación y también soy envidiosa y celosa y tóxica y puedo ser muy violenta cuando me siento atacada.

Soy dueña de todo eso, soy yo, es mío de mí.


SIN EMBARGO no me arrepiento de lo que he escrito en el pasado, ni una solita palabra por mucho que haya borrado los post de todo internet, sigo sosteniendo lo que dije. Simplemente por el hecho de que fui honesta, eso sentí en ese momento. ¿Evolucioné, modifiqué mi pensar, mis sentimientos se aclararon, tuve una mejor perspectiva de las cosas, aprendí a perdonar o en el peor de los casos a olvidar? Sí.
Pero en ese momento, sentada frente a la computadora totalmente peda o no, con las lágrimas derramándose por mi rostro o no, con las venas de mis manos tensas y las sienes en mi cabeza pulsando del estrés y la rabia o no, fui honesta. 

Esa sinceridad que a muchísima gente asusta. Yo soy lo suficientemente demente como para abrir mis heridas y escribir desde ese lugar de agonía y de verdad. La mía, mi dolor y mi miseria y mi realidad.

No la tuya. A mí me vale berga lo que tú veas u opines de lo que vivimos. Lo vivimos y lo sentí yo así y lo pensé así y eso escribí.

No me leas si tienes tantas ganas de victimizarte, de decir que no es cierto, que no me hiciste daño, que no intentaste lastimar mi cuerpo, que no intentaste romper mi corazón. No me leas si no entiendes por qué hice lo que hice, si no tienes intención de ponerte en mi lugar o de abrir los ojos.

No me leas.



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Y si lo vas a seguir leyendo porque te gusta cómo escribo y te gusta lo que digo y todo eso, te lo agradezco.
También agradezco que no estés chingándome la madre. 

Woman up! Acepta tu mierda y supéralo. Apareces una vez en mi blog, es lo usual, agradece que alguien te inmortalizó en internet y sigue con tu vida.




Yo no voy a dejar de escribir sobre mi vida y mis sentimientos sólo porque existen personas que no ~están de acuerdo~ en cómo escribo ni en lo que escribo.

Sean adultes, ignórenme, escriban lo que quieran de mí. 

Si me valía verga que me llamaran zorra en la secundaria tengan por seguro que me vale verga la reputación que quieran darle a este blog.
No creo en reputaciones.


Y ya.

Cómprense una cremita para sus colitas rozadas por la furiosa necesidad de decirme A MÍ qué hacer y qué no hacer. 


Que mi pluma siga afinada, mi mente abierta, mi piel sensible y mi corazón rompible. 


PEACE OUT


Princess Bubblegum Fight Me GIF - PrincessBubblegum FightMe ...

lunes, 23 de marzo de 2020

El musical de un corazón roto


Está todo oscuro. Se abre el telón. Se ilumina el escenario y en medio hay una chica, yo, está sentada con las piernas cruzadas en el suelo. Pone mala cara y se abofetea. El maquillaje se le escurre por toda la cara. Está llorando.

Desearía que pudiéramos volver y recordar por qué luchábamos
Desearía que supieras que te extraño tanto que ya ni estoy molesta





Confieso que he pecado mucho de palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa.

Amigues, ya sé que la última vez que escribí de esto, de ella, (que fue hace como dos o tres meses) dije que no lo volvería a hacer. Que enterraría todo ese asunto. Y sí, amigues, lo hice, al menos lo intenté. Me he mantenido al margen, borré nuestras playlists y nuestras fotos y todo eso. Me he mantenido al margen, me he esforzado.

Sí, a veces tUITEO demasiado de ella, y seguro si me leen por allá también se han dado cuenta. "Es tiempo de avanzar" dicen. Sí, yo sé que sí. La cuestión es que ya me planteé eso y siento que sigo estancada en arenas movedizas: Mientras más me muevo para superar esto, para olvidarla, para estar mejor, más la extraño, más pienso en ella, y más me frustro y me pongo triste.

He pecado. Me he vuelto a poner en riesgo. Hace algunas semanas la busqué por feisbuck y la stalkeé.



Se levanta, yo, y camina hacia una esquina del escenario. Arrastra al centro un cofre viejo y pesado. Parece bonito pero está sucio por el polvo y huele a oxidado. Empieza a sacar un montón de fotos, libretas, suéteres, discos. La mayoría de ellos están quemados pero aún sirven.


Cuando me preguntes cómo estoy
Te diré que estoy bien
Porque sé que debería estar deseándote lo mejor
Pero yo desearía que nunca nos hubiéramos conocido





No encontré mucho, la verdad. Ella casi no usa redes sociales y si aún conserva facebook es por razones de peso. Aún así no somos amigas, así que incluso aunque publicara una o dos veces a la semana no lo sabría, no puedo entrar. Veo la foto que tiene de perfil desde el 2017, de cuando nos graduamos de la carrera. Está sonriente y maquillada y con el cabello alaciado. Se ve bien.

No puedo recordar cuándo fue la última vez que la vi y es chistoso porque ¡Viví con ella! Viví con ella todo un ciclo escolar. Nuestros cuartos estaban a unos metros de distancia, compartíamos baño y cocina. A PESAR DE TODO ESO no pudimos evitar separarnos. Yo ya sabía, creo que siempre lo he sabido.

Sí recuerdo cuándo la vi por primera vez y lo primero que pensé de ella y creo, muy honestamente, que ella también vio el final cuando hablamos en un inicio. ¿Lo hubiéramos evitado aún así? ¿Debería arrepentirme, debería desear nunca haberme cruzado en su camino? ¿Debería desear regresar el tiempo para cambiar las cosas en que se fueron dando las cosas?

Pienso mucho en eso y me siento culpable. Quiero desear nunca haberla conocido, nunca haberme acercado, nunca haber permitido que se acercara pero si eso fuera cierto, estaría cerrándome a una de las experiencias más increíbles, mágicas y reales que he vivido en mis pocos años de vida.

¿Eso significa que debo pagar por lo que viví? ¿Es el dolor el precio? ¿Es así siempre con todo y todes?


Recoge cada una de las cosas que sacó del cofre y las pone en un cesto, en medio del escenario. De su bolsillo trasero saca una caja de cerillos vieja y desgastada, saca un cerillo, lo enciende y mira la flama. Sonríe un poco, le tiembla la mano, el humo casi inexistente le dibuja un velo de misterio en su rostro. Tira el cerillo encendido dentro del cesto para quemar las cosas. El humo incrementa. 


Estoy harta de odiarme por sentir






Me siento confundida y no sé qué hacer. No sé cómo sobrellevar esto. Si fuera mi novia, estaría dos o tres meses borracha llorando, conociendo gente de Tinder, compartiendo frases motivacionales y toda esa mierda. Si fuera mi amiga, estaría un par de semanas agüitada, triste, sin querer hablar con alguien y eventualmente regresaría a la normalidad. Me quejaría un par de veces con mis amigues y elles asentirían, me dirían "Qué bueno que ella no es tu única amiga". Conocería a más amigues por internet, en la calle, en mi trabajo, en donde fuera.

En cualquiera de los dos casos llegaría alguien. Siempre llega. Me ha pasado muchas veces. ¿Es que ésta vez es tan diferente?

Cuando me escribió en enero para romper conmigo me puse una pedota esa misma tarde. Fui a un parque y me puse a llorar sentada en una banca mientras la música -que ya ni distinguía una mierda de nada- se escurría por mis audífonos. Ese día me vi con un amigo. Y la verdad poco recuerdo porque sí estaba muy borracha y muy triste.

Lloré ese día y al día siguiente y la siguiente semana. No me di cuándo dejé de llorar y tampoco cuándo pude volver a escuchar música.

Todavía siento esa presión en mi pecho que sentí cuando me mandó alv, cuando dijo que era mejor para las dos si continuábamos nuestros caminos separadas. Cada día es menos pesada, eso sí, pero sigue.

Hay días, como en estos últimos, en que no hay tanta diferencia entre la presión de enero del 2019 y la presión de hoy.



Se apagan las llamas dentro del cesto y la chica, yo, levanta el cesto del suelo y lo lleva al cofre. Deposita los restos dentro y vemos que las cenizas que esperábamos ver son pocas y son azules. Las cosas parecen casi intactas, si acaso tienen partes quemadas. La chica, yo, tira el cesto al fondo del escenario, enojada. Suspira, se sienta y mira el cofre. Recarga su cara en las manos y vuelve a suspirar. Se le escapan las lágrimas.

Tal vez si hago que me ames
Entonces tú puedas hacer que me ame
Pero si no puedo hacer que me ames
Entonces los odio a todes





Hay mucho de por medio, lo sé. ¿Es amistad o amor lo que sentías por ella, Charlie Marian? Mis amigues y absolutamente cualquier persona que sepa de la historia me lo cuestiona. Por mucho tiempo también me lo cuestioné seriamente. Llegué a la conclusión con la que me voy a ir a la tumba -al menos eso espero- que lo que siento, sentía por ella no era romántico. Tampoco era de amistad. No sé qué era, no sé cómo llamarlo, ni siquiera sabía que existía y por eso mismo no supimos manejarlo.

Pero hay más, además de mis sentimientos confusos y nublados y grises. También está mi vanidad y mi ego, heridos hasta lo más profundo, porque yo pensaba que ella era la mejor persona del mundo y ser amada y ser considerada la mejor amiga de alguien así me llenaba de orgullo. También mi autoestima, ella me hacía sentir al menos un poco menos sola, y aceptada con todas mis cosas buenas y cosas malas. También mi tiempo, mi dignidad, mi chamarra color crema favorita, mis canciones tristes, mis chistes raros, nuestra química sáfica platónica. Mi cuerpo y mi confianza. Mi vodka y todas las cosas malas que me pasaban y que sabía que ella escucharía así fueran las cinco de la madrugada.

Y ahora nada de eso está. ¿Adónde se fue? Y entonces llegó su carta en mi cumpleaños, en abril del 2019.


Cierra el cofre, mira el candado en su mano y duda pero al final no lo pone. Empuja el cofre de regreso a su lugar y deja el candado encima. Regresa al centro del escenario, da un par de vueltas de carro y después se queda tirada en el suelo. En el fondo y creciendo en tamaño y luz se acercan las cosas que dejó en el cofre. Un ruido ensordecedor nace desde atrás. Ella se tapa las orejas.


Sí, te hice daño
Y tú me hiciste daño
Hicimos algunas cosas de las que no podemos regresar
E intentamos arreglarlo
Pero sólo lo rompimos más
Así que supongo que hay cosas que no están destinadas a durar




Primero fue un whats, a eso de las nueve de la noche. "Espero estés bien, DTB, te quiero mucho". Luego de cuatro meses incomunicadas, y luego de que me dijo que era mejor estar separadas, me escribe que me quiere mucho, que feliz cumpleaños.

A las once de la noche me llega una carta de ella. "Creo que te debo algunas respuestas", dice o algo así.
Me explica que cuando me dijo que le gustaba en primer semestre era por mera estrategia, por curiosidad, no que fuera cierto. Ok, lo entiendo.

También me dice que confundió sus sentimientos, que no sabía qué tanta amistad y qué tanto amor sentía por mí. Que le dio miedo. Que quiso poner distancia porque no sabía cómo reaccionar, cómo manejar todo aquello. No ok, no lo entiendo.

Cruzamos esa línea. Y yo pensaba, casi aseguraba, que era platónico este asunto y por eso me sentía tan cómoda y tan en libertad con ella. Porque pensé que era un sitio de confianza. Ella no se iba a enamorar de mí, eso significaba que podía ser yo a mi antojo.

Cruzamos esa línea y yo no me enteré y no supe qué hacer y sólo respondí que agradecía su honestidad porque yo sé lo mucho que le costaba ser vulnerable. Sin embargo y con el panorama limpio y claro, no entendía estas ganas de llorar.



Tiene que gritar para ahogar el ruido y en algún punto se queda todo en silencio y se apaga el único reflector sobre ella. Después de unos segundos enciende un cerillo y luego otro y luego otro. Todos se quema muy rápido.


Y yo sé y tú sabes
cómo se cuenta nuestra historia
Sólo nosotras sabemos lo que es
Tenemos a un público que nos llama locas

Me he acostumbrado, no me malentiendan. No es un malestar que inició en el 2019. Empezamos a tener problemas desde los primeros meses en que nos conocimos así que siempre ha sido así. No somos disfuncionales ni somos tóxicas. Tampoco somos violentas o culeras. Sólo no sabíamos lo que teníamos, y creo que nadie a los 24 y mucho menos a los 18 podría saberlo.

Por tanto tiempo he experimentado esta tristeza y esta angustia y este dolor por ella y su vacío que aprendí a saborearlo, hasta lo disfruto.

Por tanto tiempo dejé que esa tristeza que me provocaba su rechazo y su miedo, su cobardía y su no-correspondencia me definiera, ¿Quién seré si la olvido y dejo fluir toda esta ruptura?


La chica, yo, se ha quedado con tres o dos cerillos. Mira la cajetilla vacía y la tira al suelo. Mira a su alrededor, preguntándose qué podría prender en fuego para no quedarse en la oscuridad. Recuerda el cofre y vuelve con paso decisivo y cuando está frente a él, duda, tiembla, vacila. Saca el último cerillo y lo mira con miedo.


Me dejas en pedazos y te juro, lo vale siempre
Y ni siquiera te pasa por la mente







¿Siquiera vale la pena esa Charlie Marian? ¿Lo vale?


Enciende el cerillo con la uña y luego quema el cofre. El chasquido de las llamas lamiendo aquel objeto, protector de los recuerdos, incrementa y toma ritmo, se vuelve una armonía. La chica, yo, se queda sentada cerca, rodeada de oscuridad y sólo conservando calor y luz a través de los recuerdos ardiendo.

Sé que olvidarás que dije eso
Si digo que me quedaré




Lo vale




FIN


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sábado, 7 de marzo de 2020

Sangre muy mala



Desde el primer problema, la primera bandera roja que apareció en la distancia, quise dar un voto de fe y pensar que no era personal. No era personal, ¿Por qué alguien que no me conoce -de nada- podía tener algo contra mí? Era ridículo.

No me gusta pensar mal de las personas, mucho menos de las mujeres que se acercan con intenciones amistosas, que dicen querer ser mis amigas. Tenía casi el sello de aprobación del mimors, quiero decir, si es su amiga entonces valía la pena, eso me dije a mí misma. Hasta recomendada la muchacha llegaba a mi vida, caray, qué suerte.

Pero yo no tengo buena suerte y muchas veces cuando me gana la buena ondez -la ingenuidad, el autismo, lo que ustedes quieran-, pierdo completamente la noción de las cosas. Mi percepción queda más nublada que escena de Crepúsculo.

Ella se acercó a mí con palabras gentiles y gestos dulces. Me acompañó y me escribía y me escuchaba cuando yo la estaba pasando muy mal por mi ruptura con Karli. Poco a poco iba cubriendo ese espacio, llenando ese vacío que su ausencia me había causado, sin embargo, desde ese inicio no fue honesta y eso fue unA GRAN BANDERA ROJA.

¿Qué había que ocultar? ¿Su historia con el mimors? Entonces y ahora eso no es mi asunto y no me voy a meter.

Hubo esa espinita de descontento, de inconformidad, de incomodidad. Una cosa era que no me dijera que era amiga del mimors o la historia que había tenido con él o que aún tenía o no sé y otra cosa muy diferente era que me pidiera que le guardara secretos.
Nunca acepté pero esa fuE OTRA SEÑAL DEL DESTINO que me rehusé a tomar en cuenta porque para entonces yo ya le había agarrado cariño. Era una buena muchacha y con muchas cualidades.

Pero a pesar de las palabras de aliento, las noches compartidas y los comentarios intercambiados, el dibujo que me regaló en marzo de aquel año y la taza de gato que yo le di en julio, creo que lo que le podía ofrecer -que no era mucho porque mi corazón roto me estaba robando la poca cordura que me quedaba- no fue suficiente. No pude hacer que se quedara, ella no se quiso quedar conmigo después de que el mimors me dejara, así que no lo hizo.

¿Y yo?

Quedé completamente devastada

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Pero pasó el tiempo y me recompuse y todo eventualmente se arregló, tomó el rumbo que debía tomar y entonces ella decidió volver.

Le volví a dar el beneficio de la duda y lo único que esta vez SÍ le pedí encarecidamente fue su honestidad. Quería, NECESITABA que fuera sincera conmigo, más de lo que antes había sido.

Y creo que fue mucha presión o algo así porque entonces decidió que no lo valgo y me volvió a mandar alv.

O sea????


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Dejé el tema por la paz. Era claro que no quería ser mi amiga y estaba bien, está en su derecho de no querer serlo. Es más, hasta la entiendo, yo tampoco querría ser mi amiga. 

Después de hablarlo con el mimors y que me contara algunas cosas que yo no sabía, decidí OTRA VEZ que dejaría el tema por la paz. No era mi problema, no me iba a meter. ODIO, O D I O, completamente ABORREZCO que me arrastren a dramas que no son míos ¿Y este triángulo? Uff, súper más que innecesario, una narrativa que NO quiero y no ocupo ni nada. Diosa santa.



Me ha costado mucho trabajo poner mi vida en orden después de que todo se fue alv en ese fatídico 2018 en donde perdí mucho y por instantes creía que me perdía a mí misma también. Me ha costado mantenerme ocupada y distraída, me ha costado sobreponerme a la separación con mi mejor amiga, la primer y única mejor amiga que alguna vez he tenido. Han sido meses difíciles pero creo que la mayor parte del tiempo he puesto buena cara. 

Me ha costado sangre, lágrimas y humanidad recomponer mi corazón y confianza y autoestima y mi fe, hecha pedazos, es frágil, es vulnerable.

Me parece una culerada que esta persona venga otra vez, entre como si nada en mi vida, pise todo mi trabajo y me escupa en la cara con su indiferencia, recordándome otra vez lo mucho que ella no me quiere cerca.

Un "stalkeo" que terminó mal y desenbocó en dándome follow en Twitter. Me emocioné, por supuesto y porque soy tonta por ese momento creí que quería que fuéramos amigas, que todavía nos tenía fe. A los pocos minutos me quitó el follow y tuiteó alguna mamada como de que "Ups, estaba stalkeando a alguien a quién no le hablo y por accidente le di follow JEJEJEJE".

Más que evidente, yo sin titubear le contesté públicamente: ¿Era sobre mí? Shale.

A continuación me escribió por mensaje privado que bien pude haber usado SS (porque tengo) pero decidí no hacerlo.
Total que la conversación fue breve: No, Mariana, no te hagas ideas raras, sólo andaba de metiche. Ajá bye.

Entonces no me lo tomé a mal. Un error de dedo cualquiera lo tiene, un desliz, tenía "curiosidad" por mí, perfectamente entendible.

Hasta que pasaron los minutos y las horas y una sensación de tristeza, de dolor, de amargura se ciñó sobre mí, causándome hasta dolor de estómago. Se me llenaron de lágrimas los ojos cuando me acosté para dormir. 

Mi fe, todavía rota, ahora estaba cubierta por una fina capa de angustia. De verdad que Monse no perdía oportunidad de desairarme una y otra vez.

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Me tomó varios días -y varias conversaciones- llegar a algo concreto. Me sentía -y todavía me siento- muy herida. Nunca en toda nuestra historia de amistad las cosas shady que hacía quise verlas como algo personal. No quería pensar mal de ella, incluso cuando una y otra vez los demás a mi alrededor me lo decían. Incluso cuando el mismo mimors me señaló varias cosas yo me rehusé a escucharlo a él y a todes. Porque yo quería creer en ella, en sus buenas intenciones y en sus dulces palabras que terminaron convirtiéndose en armas para hacerme daño.

Después de estos días de la porquería que he sentido hasta en la boca del estómago tomé la decisión de bloquearla de todos lados. Decidí no guardar ningún lazo ni por mí misma ni por nadie y justo cuando entré a Twitter, me topo con que ella me bloqueó primero a mí. COMO SI YO LE HUBIERA HECHO ALGO. 
????

Le regresé el bloqueo, y lo extendí a WhatsApp e Instagram. 


No saben el tamaño de estúpida que me siento. No saben lo mal que la he pasado. Sus continuos rechazos abrían las heridas que otres habían abierto en mí y con las que he trabajado con mucho empeño estos últimos meses, este último año. 

La poca consideración, la malicia, la premeditación, es que esto sí es personal. Se siente tan mezquino que no puede ser coincidencia, debe haber alguna razón.

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En este punto de mi vida y tras este largo y tortuoso camino que he tomado para sanarme a mí misma, no me interesan sus razones, sus justificaciones, sus pretextos, su historia. No me interesa, no lo vale.



Sé que lo leerá así que le pido que no me vuelva a buscar, no me vuelva a escribir. Yo contigo no quiero nada y aquí pinto mi línea. Perdiste a alguien que sinceramente te quería. Es tu pérdida, no mía. 

No me vuelvo a poner en peligro por alguien como tú.