No puedo dormir porque tengo pesadillas. Me duermo temprano y mi inconsciente revive ese anhelo dentro de mí y transforma en escenarios y diálogos, su presencia aparece frente a mí diciendo que quiere volver, que quiere hablar conmigo, que todo puede estar bien otra vez. Me duermo tarde y mi inconsciente sigue sin tener piedad y me la trae de vuelta, toda la atmósfera tensa que me aprisiona y no me deja respirar y entre sollozos y palabras hirientes exagera su rechazo. En cualquier caso termino despertándome con un sobresalto, con el corazón latiéndome en la garganta, los ojos hinchados y una sensación de pesadez sobre el cuerpo, no puedo respirar y me duelen las articulaciones.
Me duele mi cuerpo y me duele mi corazón y me duele la mente también. Estoy muy molesta. Estoy muy molesta con ella pero estoy más molesta conmigo misma. YA es momento de cruzar ese puente y quemarlo detrás. Ya lo hice todo: Borré sus fotos de instagram y borré su número y toda la información que podría tener de ella, ya dejé de tuitear de ella, ya dejé de incluirla en mis proyectos, ya no pienso más en ella, borré la playlist que había hecho para ella, no veo las películas que había visto con ella, ¿Por qué no puedo arrancármela de aquí?
Ya no sé qué más decir ni qué más escribir. YA FUI A TERAPIA, sí fui e hice muchas cosas y yo sé que debo tener paciencia porque esto de la sanación no es un proceso lineal y habrá días malos y días buenos pero verga, ¿Tienen que ser esos días malos seguidos?
Estoy poniendo todo de mi parte para poder sobreponerme y estar completa y al 100% y todas esas mamadas que dicen que debo estar pero siento que mientras más rápido quiero salir de aquí y más osados son mis movimientos más me hundo en esta arena movediza. Y yo misma me traiciono, ahí está mi cerebro poniéndome trampas, torturándome, no dejándome descansar porque quizás no lo merezco, porque tal vez no he hecho lo suficiente para ganarme mis ocho horas de sueño reparador.
De otra manera no veo cómo explicar las cosas. Lo que una vez empezó como amistad y se desdibujó tanto, al grado de intensearnos y confundirnos a las dos y a todo el mundo que estuvo cerca, y se volvió obsesión, no es más que recuerdos tan lejanos que a veces dudo haber vivido. Más allá de un nombre, la figura borrosa de una cara y el calor de unas manos que me tomaban con cuidado para ayudarme a cruzar la calle, sólo eso queda.
Yo no me quedé con nada, no tengo nada, ni una mísera razón para que su fantasma se aparezca a su voluntad, sin ningún propósito más allá que el de recordarme lo que tuve y jamás volveré a tener.
Por momentos lo agradezco, si les soy sincera. Si viviera lo mismo por segunda vez seguro me muero bien muerta, físicamente desaparecería de este plano.
Estoy tan cansada de tener que hablar de lo mismo y de sentirme así. Estoy harta. Porque cada vez que me perturban estos recuerdos y mi estúpido inconsciente de mierda es verme enfrentada a muchas cuestiones que no quise desenredar en su época y ahora, 19 meses después, no quiero ni siquiera recordar que están ahí.
Cuestionar cada una de mis relaciones y cada una de mis realidades es agotador y estúpido. Hacerlo ~sólo~ porque al inútil bueno-para-nada de mi corazón o mi cerebro auto-odiante o mis sentimientos todos roñosos va más allá de la lógica más sana. Es insano todo esto y estoy cansada, ya no quiero seguir viviendo esto.
Ya la he dejado ir, muchas más veces de las que ustedes podrían considerar, ¿Por qué no me deja en paz? Digo, además de todo lo que le di, ¿Qué más me quiere arrebatar? Ya no tengo nada. Estoy drenada.
Me gusta pensar que todo esto es porque sigo estancada en el mismo lugar donde ella me dejó y si me muevo y hago otras cosas y conozco a otras personas y me sigo moviendo de un lado a otro, no me va a atrapar esa mujer de mis sueños, la que sólo viene a recordarme lo que ya no tengo, lo que fui y lo que jamás va a volver a mí.
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