viernes, 28 de agosto de 2020

Bully

 Aprendí desde muy pequeña que era mejor no resaltar cuando estoy entre un grupo de personas. Llamar la atención, para alguien como yo, significa arriesgarse a ser el blanco de muchas cosas. Mientras la gente se fijara menos en mí, mejor. Así me dejarían en paz. Pero incluso en mi naturaleza introvertida y mi apariencia física insignificante pasar desapercibida entre los círculos grandes de gente venenosa y poderosa resultaba casi imposible.


Hay algo en mí que repele a lxs demás. Por muchos años intenté entender qué era y con mis uñas me abrí por dentro para encontrar eso que era tan poco agraciado o tan poco tolerable para la gente ajena. Mi cuerpo, mis gustos, mis habilidades, mi personalidad, mis limitaciones y mi nulo esfuerzo por caerles bien, por servirles a sus propósitos, eran la mezcla perfecta por la que la gente sentía desagrado por mí. Hallaban en mí amenazas que yo nunca declaré, encontraban irritantes mis maneras de sobrellevar el mundo y cargarme a mí misma, no soportaban lo que salía de mi boca, de mi mente, de mis manos. La visión que tengo del mundo y de muchas cosas fue la excusa perfecta para pintarme una diana en la frente desde los once años.


Y se volvió una cacería sangrienta. Por más que intenté acoplarme y adaptarme, me esforcé por encajar en sus estándares, jamás lo logré y me rendí. Dejé de esconderme y dejé de bajar la cabeza y dejé de decir que estaba de acuerdo con ellxs y dejé de permitirles tener la última palabra. Y eso fue como prenderle fuego a una bodega llena de bombas y explosivos.


Review: I Am Not Okay With This is a More Than OK Binge Watch - Irvine  Weekly


Se me acusó de muchas cosas, casi todo sin sustento. 


Que si no les gustaba mi forma, mi cara, mi piel, mis dientes, mis ojos, mi nariz, mi altura, mi peso, mis manos... Que si le había robado le novix a quién sabe quién, que si me vieron a la vuelta de la secundaria platicando con X muchacho, que si ir al cine con X amiga era parte de mi plan de robársela de su novia. Que si lo que digo es irritante y estúpido, que si mis ideas y argumentos son babosos. Que si no tengo nada por aportar al mundo por qué hago tanto ruido. Que si mis gustos son infantiles, que si me falta carácter para enfrentar a la gente, que si no tengo tantas lecturas, que si mi cuenta del banco, que si mi vida personal, que si soy vegetariana, que si soy pansexual, que si soy cis, que si soy autista, que si escribo de Y persona estoy faltando al respeto y si escribo a manera general llegan T y R para hacérmela de p2 porque obvio es para ellxs incluso cuando no aparecen sus nombres.

Que si donde vivo, que si lo que leo, que si lo que tuiteo. 


Lo que pienso, mis disidencias y mis privilegios se vuelven contra mí. La gente, lxs bullys, evolucionaron al punto de usar hasta lo que soy como arma para desacreditar lo que digo. Mis experiencias no valen porque ellxs no las han vivido. Es un invento, supongo. 

Hacerme pequeña cuando tenía 15 años me parecía una manera muy humillante de sobrevivir pero lo acepté. 

¿Pretenden que lo siga haciendo a los 25 años?


ginger foutley gif | Tumblr


La cosa es que, la narrativa del bully es algo que he aprendido a ver bajo diversas lupas y diversas luces.

Hay gente que es cruel y venenosa porque eso es lo que aprendieron, porque con ellxs también fueron así. Hay gente que es cruel y venenosa porque es la manera que tienen de pedir ayuda, porque están perdidxs dentro de los laberintos de amargura que ellxs mismos construyeron por miedo a ser lastimadxs. Hay gente que es cruel y venenosa porque así gana seguidores, gana validación, infla su ego y autoestima y la fama, en el 2020, lo es todo. Hay gente que es cruel y venenosa porque lo disfruta y tan tán, no hay razón misteriosa detrás.

He convivido toda mi vida con esos tipos de personas, no hay bully disfrazadx de víctima que me engañe. Puedo ver a través de las acciones, las palabras y las líneas si me digno a prestar atención.


Lo que sucede es que ahora toda esa dinámica de lxs bullys ha evolucionado, claro está, así como la sociedad "mejoró". La gente malvada encuentra maneras de seguir viviendo esa malvadez (? 

Es difícil que ahora encontremos a alguien riéndose del físico de alguien más porque eso sería imperdonable en este siglo y en este año. Ya todxs somos woke y tememos más a la cancelación masiva que a herir los sentimientos de alguienDIGO ya me entienden.

Lo que no es difícil es encontrarnos a gente subida en sus pedestales, armadxs con ladrillos de superioridad intelectual/moral listxs para lapidar a quién sea que les contradiga. Muchxs de esxs bullys se pusieron una camiseta y se pintaron la cara para disfrazarse y tomaron movimientos sociales para justificar sus vilezas. Ahí tienen a lxs izquierda-fachxs, a las terfs, etc, etc. 


Professor Umbridge Fires Trelawney | Harry Potter 5 and the Order of the  Phoenix 2007 HD - YouTube


Lxs bullys se adaptaron a las condiciones -al menos lxs astutxs- y aprendieron a utilizar sus disidencias como escudo y justificación. Y si no tienen se las inventaron.

Así si te atrevías a dar una opinión contraria, siquiera a insinuar que piensas diferente o que no estabas de acuerdo, podían sacar la tarjeta de la opresión.

Gente neurodivergente siendo transfóbica. Gente LGBTQ+ siendo capacitista. Mujeres siendo racistas. Gente racializada siendo misógina. 

Muchxs incluso sin tener sistema que les respalda se atreven a patear a quiénes están en el piso. Porque sí. Porque eso demuestra poder, porque con eso alcanzas otro escalón en la pirámide jerárquica de la popularidad humana. Porque son bullys.

Pero a mí no me importa nada de eso, porque el daño es el mismo. No me importan sus razones para ser así y no me interesa conocerlas. Esto no es una película de Marvel, hay vidas perdiéndose diario, a cada hora, y no me da la gana ponerme filosófica para desenredar el misterio de la maldad humana. Eso me importa una mierda y me importan una mierda sus disidencias y me importan una mierda sus privilegios.

Para salvarnos tenemos que tumbar a todo el sistema, parejo, no unxs más y unxs menos. Todxs o nadie.


Y que se caiga quién se tenga que caer.


Sweatshirt adidas worn by Nate Jacobs (Jacob Elordi) in Euphoria (S01E07) |  Spotern


Al final, lxs bullys son eso: Bullys. 

¿Qué ganan? Satisfacción, popularidad, seguidores, votos, puntos woke-ness. Validación propia y ajena.


Medirse los intelectos, aber quién tiene más artículos de wikipedia memorizados, aber quién conoce más de las noticias actuales, aber quién sigue a más organizaciones, aber quién ha plantado más bombas de glitter, aber quién ha convocado a más marchas, aber a cuántas "cancelaciones" has sido expuestx. Aber cuántas discusiones con extrañxs de internet ganas. Aber a cuánta gente ofendes. Aber a tus alianzas. Aber tu cuenta de Twitter. Aber tus foros de Reddit/4Chan/Discord.  Aber tus acciones, aber tus acuerpaciones, aber tus preocupaciones...

Y a nadie le importa ver dentro de su corazón y el corazón de lxs demás. A cuánta gente pisaste y qué ganaste con ello. A cuánta gente hiciste llorar y cuántos puntos del "Tengo razón y tú no" coleccionaste. 


A qué altura escalaste y cuál fue el costo. A quién salvaste, a quién ayudaste, a quién hiciste sentir mejor, de quién te hiciste amigue, a quién defendiste, y por qué le defendiste.



Una vez lo escribí y lo vuelvo a reiterar: El poder es adictivo. Cuál sea su tipo. La popularidad también y la sensación de razón, validación y soberbia son como líneas de cocaína. La gente se pierde en ello y pierde de vista la meta en común. 

Hay gente que está tan obsesionada con cuidar su lugar en este juego de ajedrez que está a dispuesta a volverse bully -incluso sin darse cuenta- para asegurarlo.


Nunca pierdan de vista quiénes son, por qué estamos luchando y contra quién luchamos. Por favor.


jueves, 20 de agosto de 2020

La última línea de cocaína

Sólo soy consciente de que estoy viviendo el síndrome de abstinencia cuando tengo la sustancia entre la nariz y los labios. 

En mi sano juicio no lo haría, no lo buscaría, no lo metería en mi cuerpo pero sólo me doy cuenta de eso hasta que voy a la mitad, que se desliza por entre mi boca y entra en mí y se deshace fuera. 


"No lo vuelvo a hacer" me digo a mí misma pasadas las horas, cuando sufro las repercusiones y saboreo ese dolor con la lengua, casi como si estuviera lamiendo el filo de una espada. Me duele pero me gusta. Me concentro en el dolor, abrazo ese dolor de cabeza y de cuerpo, me dejo llevar entre el oleaje de las náuseas, el vómito y el dolor muscular de mi abdomen. Quiero tatuar el recuerdo de ese malestar en mi cerebro para que sea lo suficientemente fuerte la siguiente vez que se me presente y poder decir que no, gracias.


Lo hago con sobrada destreza. Desde la primera vez que viví algo así decidí guardarlo conmigo y puedo revivirlo, no recordarlo. Es tan vívida la sensación que podría repetir las mismas respuestas biológicas de mi cuerpo.

Así ha sido desde entonces y lo cierto es que nunca me ha ayudado en nada, en todo caso, ha incrementado mi deseo. Quiero volver a perderme entre sensaciones magnificadas y quiero volver a retorcerme en la oscuridad del sufrimiento. Es indescriptible lo que siento cuando lo vivo, sólo yo sé lo que significa.


Tengo un problema de adicción, ya lo sé.


Zendaya: ¿Por qué 'Euphoria' no ha recibido ninguna nominación a ...



San Google dice que la adicción es: "Hábito de conductas peligrosas o de consumo de determinados productos, en especial drogas, y del que no se puede prescindir o resulta muy difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o incluso fisiológica"

Puedo dejarlo cuando quiera, como quiera, bajo mis propios términos. Puedo dejar lo que quiera dejar de un día para otro, o tardarme cinco años. Todo está bajo mi mano y yo la muevo a mi antojo.

No quiero hacerlo.


Soy dependiente a muchas cosas: Al alcohol, a los fármacos controlados, a la cafeína, a la literatura clásica, a las películas de terror. Al amor romántico, a la validación ajena, al peligro. 


Dependo mucho y me gusta depender de mi autodestrucción. Es intoxicante a tal punto que puedo olvidar absolutamente todo en el mundo y por esos segundos, minutos, horas, sólo soy yo y el mundo es un cuarto con dos sillones y un ventanal.

Greg & Rebecca - Crazy Ex Girlfriend - This is on me - YouTube


Sé que está mal, no debería ser así. Debería ser saludable y valerme por mí misma y no necesitar de nada ni de nadie para ser feliz.

La cosa es que me aburro como ostra. Es increíblemente aburrido el mundo sin nada de emoción. Es monótono, gris, aburrido, extenuante, y por momentos se puede volver un agujero negro que te roba hasta la última gota de creatividad que te puede resbalar por el cerebro.


Me aburro yo sola, no tengo temas de interés ni de plática, no tengo ganas de funcionar así. 


Por lo que como es evidente, aventarme de cabeza a algo estúpido y horrible es lo único que me queda.


Prefiero sufrir mil veces una cruda, de las peores que he pasado, que nunca atreverme a nada por miedo. Prefiero que me rompan el corazón y me rechacen cien personas distintas en un mismo año que nunca atreverme a nada por miedo.

El miedo ata y saca lo peor de nosotrxs, y lo peor de mí es eso mismo: el aburrimiento.


Dan cero ganas de vivir sabiendo que sólo hay silencio dentro de una y fuera de todo, pintando las arboledas y alzando los rascacielos. Silencio. Aburrición. Vacío. En blanco.


Qué efectos tiene consumir setas alucinógenas? - Cadena Dial


No puedo yo sola en este mundo, ¿Saben? Y no creo que tenga algo de malo reconocerse vulnerable y débil.

Lo soy. He vivido mierda que jamás nadie debería vivir, de la que no me gusta hablar y si sólo lo hago audible es para recordarme a mí misma todo el largo camino que llevo recorrido. Pero, claro, de las cosas buenas y malas y traumáticas no se sale igual y eso me llevó al borde.

Me gusta aquí. Me puedo sentar y dejar mis piernas colgar y asomarme de vez en cuando a la oscuridad, que a veces me susurra y me invita a tirarme y dejarme ir y a veces me rechaza. -lol-


Y devoro libros como si se me fuera la vida en ello, y olvido comer. Y salto de relación en relación, de cuál sea el tipo. Y rompo todos mis vínculos y luego los remendo y luego busco nuevos. No puedo estarme quieta conmigo dentro aquí. Me aburro. Y las botellas de vodka me empiezan a hacer ojitos y se me va el tiempo en eso. Las latas de 4loko vacías se amontonan en mi clóset, junto a las botellas de mezcal y whisky y vino rosado. Y engaño a la gente, claro que sí, y les saco fármacos controlados. A veces no puedo dormir y odio recurrir a las pastillas, lo saben, me hacen sentir inútil. Pero a veces no quiero lidiar con el mundo y es más fácil bajar la palanca. 

Se me olvida comer y contestar mensajes. Preocuparme por mi futuro laboral y preocuparme por mi salud física. El otro día le grité al frasco de mermelada porque me empezó a silbar y a los segundos me di cuenta de que era una cosa y las cosas no hablan. Haciendo tortillas, -intentando más bien- tuve un episodio y estuve llorando media hora sobre la masa, de la frustración de estar encerrada y sentirme tan impotente. Alguien va conduciendo el auto que representa mi vida y yo voy en la cajuela, amordazada. 


Tove Lo - Habits (Stay High) on Make a GIF


La vida no es para todxs, eso lo aprendí del suicidio de mi amiga. La vida no es para mí, y eso lo entendí cuando tenía 15 años y pensé en matarme.


No tengo planes inmediatos de hacerlo, tho. Morirme. Todavía hay cosas que quiero hacer. No voy a vivir mucho, eso sí lo tengo claro. Es tan aburrido estar en pausa, ¿No creen?


Tengo tres semanas sin tomar ni una gota de alcohol. No quería tomar y ponerme mal porque ahora sobria me siento mal, imagínense peda. Quería permanecer un par de meses más sobria. 

No creo que pueda. Este fin iré por un vino.

¡A la salud de quién sea que esté leyendo esto! 


lunes, 10 de agosto de 2020

Un fantasma bajo mi balcón


 Una tormenta se avecina porque siento la calma antes del huracán. Sé que debería tener miedo y una parte de mí lo tiene pero en general es una sensación extraña, casi sobrenatural. Me siento triste, muy triste, mi corazón se deshace en mis manos como papel mojado. Siento el llanto atorado aquí entre mis ojos y mi pecho y mi cabeza está llena de neblina. Lo suficientemente densa para no saber por dónde camino pero no lo suficientemente oscura como para asustarme.

No sé ni por dónde empezar ni qué decir, sólo sabía que si no escribía algo iba a explotar.


Mis pensamientos rebotan en mi mente, haciéndome daño pero al mismo tiempo quiebran la pared de cristal que creé alrededor de él y yo, del nosotros. 

A Ghost Story: How film can represent grief through stillness | by ...

Para mucha gente era casi imposible, inconcebible e improbable que una historia de amor como la que él y yo tuvimos tuviera éxito. No voy a mentir, a veces yo también era una de esas personas. Muchas de nuestras circunstancias no eran las ideales y la juventud era una de ellas. Nos conocimos muy jóvenes, casi adolescentes. Él tenía novia y yo acababa de ser abandonada por la mía. Pareciera ser que las piezas encajaron, como un rompecabezas y sin querer queriendo nos enamoramos. 

Muy pocas veces la gente me ha querido, cuál sea el amor que hayan sentido por mí, mucha gente sólo se acerca a mí en búsqueda de algo. Mi tiempo, mi trabajo, mi talento, mi cuerpo, mis relaciones y demás vínculos. Creo genuinamente que él no se acercó con afán de nada, quiero decir, jamás me exigió nada. Se contentaba con lo que le daba, así fuera poco o mucho y soportó como buen soldado bajo mis inclementes modos de llevar mis emociones. Lo hice sufrir y lo hice llorar más veces de las que alguna vez voy a admitir en público y aún así quiso seguir conmigo, aquí, abrazándome cada vez más fuerte.


Muchas cosas nos atravesaron y a los veinte años poco sabes del amor y de la vida y de cómo sobrellevar algo tan grande. Él siempre era tan optimista y alegre, tan jovial, tan social, tan coqueto, tan hambriento de experiencia, poder, de libertad laboral y yo siempre encontraba una manera de pensar que el suicidio era el único final para mí, que eventualmente llegará a mí (y, siendo sincera, todavía lo creo)

Crítica, 'A Ghost Story': Lo que dejamos atrás - eCartelera

Pasó el tiempo y las cosas cambian, cambiamos y nos tocó vivir muchas cosas. Nos separamos y mientras él iniciaba nuevos proyectos laborales con gente que sabe de su campo, yo me enamoraba de mi mejor amiga y luego nos contentamos y estuvimos bien hasta que después no y nos volvimos a separar y yo me gradué, me titulé, y conseguí un buen trabajo y me mudé con una de mis mejores amigas y nos contentamos y vivimos bien. Nos llamábamos por teléfono cuando se podía y se quería, nos tocábamos con cariño cuando podíamos, nos veíamos por el rabillo del ojo y nos tomábamos la mano por debajo de las mesas altas de los bares. Nos amamos como mejor pudimos, a pesar de nuestras capacidades y limitantes. Él estuvo ahí cuando falleció mi primo en ese terrible accidente y estuvo ahí cuando viví ese ~montón de acoso aquí en mi blog~, y abrazó mi corazón cuando viví esas dos agresiones sexuales a manos de dos ex amigos míos. Y nos separamos y mi amiga se suicidó y renuncié a mi trabajo y retomé mi propósito de escribir y luego volvimos y estuvimos bien y después las cosas se volvieron a poner intensas, después de dos años de más o menos estar bien. 

Fueron 5 años que no se pueden resumir en párrafos, porque siempre él y yo vivimos más allá de las expectativas humanas, más allá de lo que se conoce.


Cuando las cosas se ponen feas, intensas, ~comprometedoras~, solía huír. Decía: "Aquí se rompió una taza y cada quién para su casa" y me iba y con él aprendí que eso no estaba bien. No podía vivir siempre huyendo, poniendo murallas a mi alrededor, no dejándome llevar. 

Yo no creo en el amor de la vida ni en las almas gemelas ni en los hilos rojos ni nada de eso, pero cuando estaba con él y me decía que era el amor de su vida le creía. Honestamente le creía. 


A Ghost Story: La lucha frente al olvido | El Agente | Crítica de Cine

Siento que viví todo esto con un fantasma, alguien que sólo vivía dentro de mí y que si yo me cerraba, apagaba la luz, atrancaba la puerta, se desvanecía y realmente no había nadie ahí en mi torre oscura más que yo.

Con toda la honestidad y sinceridad que hay en mi corazón puedo asegurarles que lo amé, lo amé mucho. Y todavía lo hago, todavía lo amo mucho y no sé hasta cuándo será eso, si alguna vez se me va a quitar, si él va a volver y yo también voy a volver y estaremos mejor que antes o si esto de verdad es el final. No lo sé. No sé nada. No tengo manera de saber nada.

Por lo pronto, no puedo seguir esperando a que suba el fantasma bajo mi balcón. En cualquier momento se puede desvanecer y no habrá nadie, brazos humanos, que me detengan en mi caída. Tengo que ser yo quién baje por la escalera.



CRÍTICA A GHOST STORY


Siento que quiero llorar hasta inundar toda mi casa, quizás lo haga, y espero no ahogarme con todo el aire que me sobra de repente en el cuerpo. No guardo ningún resentimiento ni odio. Esto fue de mutuo acuerdo, porque somos personas adultas que sabemos lo que queremos, lo que damos y lo que conseguimos. 


No puedo prometerle a él que estaré en el mismo lugar donde me dejó, se lo dije. Tampoco les puedo prometer a ustedes que voy a estar bien mañana, la siguiente semana o que para el mes siguiente ya tenga una larga lista de gente a quién descartar para una nueva relación. 


Lo único que puedo prometerme a mí misma es que hoy voy a respirar y daré lo mejor de mí para estar bien. Ya mañana será otro día.



lunes, 3 de agosto de 2020

Kill your Redes Sociales


Cada vez que abría Instagram era verme bombardeada por imágenes que no quería ver pero que de alguna manera tenía que ver. Viajes, soleados paisajes, aguas cristalinas y cielos azules. Regalos opulentos, caros, de marca. Ropas alargadas y estilizadas, de colores y cortes de moda, relojes de oro, aretes y piercings de plata y tatuajes con la tinta fresca y limpia. Parejas besándose en callejones, en lo alto de las montañas, en las orillas de las playas y en los festivales de música más coloridos y primaverales. Autos nuevos, títulos elegantes y oficinas meticulosamente diseñadas para imponer con colores minimalistas y plantas de ornamenta. Todxs se ven muy felices, todxs se ven muy perfectxs.

Pero nada de eso es real. Nada de eso duró. Nada de eso es lo que aparenta tras una fotografía. 

Entro a FB y es casi lo mismo. Viajes a la playa, incluso en plena pandemia, fiestas con lxs amigxs, con lxs novixs, con lxs familiares. Pasteles, cerveza, carne asada, regalos, música, alcohol. Fotos de la parte frontal de diplomas, diplomados, talleres, con el nombre completo de quién lo posteó. Todo es tan exagerado y tan opulento que no puedo evitar incomodarme. Suben fotos de sus novixs diciéndoles lo mucho que lxs aman pero yo sé que son infelices. Suben fotos de sus títulos y trabajos nuevos pero yo sé que tienen miedo. Suben fotos de sus logros, de sus viajes, de sus cosas pero yo sé que se sienten vacíxs.

No puedo evitar sentirme abrumada. Por una parte, siento envidia, claro que sí. Gente de mi edad, un poco mayor o a veces incluso más joven, logrando cosas que yo debería estar haciendo -por mucho que no quiera- No sé, casarme a los 25 no parece tan mala idea cuando ves las fotos de otra gente haciéndolo. Seguir empleándome en trabajos donde me maltraten con el propósito de tener un aguinaldo a final de año tampoco parece tan descabellado. Todo el mundo lo hace. Viajar y visitar a mis seres queridxs, incluso cuando estamos en medio de una pandemia.
Son cosas que debería estar haciendo y no hago porque no quiero, porque no puedo, porque no sé hacerlo.

Por otra parte, sé que todo eso es falso. Sé que son mentiras maquilladas o verdades exageradas. Nada de eso es real y nada de eso tiene mucho valor.

Me muerdo los labios, inquieta, y abro la app de las fotos de mi celular. Debería postear algo pero no tengo nada qué presumir.
Ni elegante puesto de trabajo, ni opulentas joyas ni autos nuevos ni viajes impresionantes. Ni fotos con mi novix. No tengo fotos de fiestas recientes, porque no me invitan y si me invitan no voy. 

Tengo fotos de mi cara con features de animalitos y fotos de las lecturas que termino y de vez en cuando dibujos que me atrevo a terminar.
Pero nadie quiere ver eso. Quieren ver ~triunfo~ y yo no estoy triunfando.

Hanna's Phone | Pretty Little Liars Wiki | Fandom



La presión es muy grande. Me siento presionada a seguir el ritmo de quiénes sigo. Me quiebro la cabeza pensando en eso y me siento mal. Estoy fracasando si me comparan y si me miran por mi cuenta, sigo siendo un fracaso. 
Yo no lo vi así cuando renuncié por salvar mi salud emocional. Renuncié a mi trabajo y renuncié a mis amistades y renuncié a muchas cosas porque tenía que ponerme a mí misma en primer lugar. Y lo hice público. Escribí de eso en mi blog y fui acosada con preguntas invasivas y morbosas por gente que ni siquiera me saludaba cuando me veía. 
Mi triunfo es seguir viva cuando pensé que me iba a morir, cuando intenté morir.


Pero mi visión de las cosas no es lo que impera y debería decir que no es lo común.

Lo poco o mucho que puedo tener es nada en comparación a lo que veo en las redes sociales y la sensación de fracaso es inevitable. Debería estar haciendo ~más~. Debería estar creciendo, debería estar siendo más adulta y debería estar siendo más importante y más adinerada y más poderosa.

¿Pero eso me haría feliz?


Crazy Ex Girlfriend GIF by Reactions | Gfycat

Lucho constantemente con esa ideología. Las redes sociales se han vuelto un reality show y no estoy segura de si la demás gente se ha dado cuenta. Todo es un performance. En Instagram todxs se esfuerzan en aparentar la alcurnia, estatus. En FB es igual. En Twitter todxs se esfuerzan en aparentar educación, lecturas, teorías, autorxs, debates, comebacks e ingeniosas burlas. La popularidad, pues. Regresamos a la primaria, en un concurso eterno de ver quién lleva el juguete más nuevo, las plumas de gel más de moda y los apuntes mejor escritos y mejor adornados para que se le corone como El/La/Le Juntador/a/e.

Desde que me abrí las cuentas he sentido esa presión constante de mostrar mi mejor lado, mi mejor cara para Instagram, mi mejor viaje para FB y mi mejor bibliografía para Twitter pero me cansé a las pocas semanas y me rendí. 

Esa nunca iba a ser yo.

Soy bonita pero no la más bonita y ni de lejos la más fotogénica y a veces tengo aventurillas padres pero no sé tomar fotos, todas salen temblorosas, con mala calidad en la luz y pésimos ángulos y no soy tan culta o leída como mucha gente puede creer. Quiero decir, me gusta leer, casi siempre leo ficción y a veces artículos de temas de mi interés pero hasta ahí. No podría hacerles un hilo de algo intelectual, el cerebro no me da para eso.


Poco a poco internet se convirtió en una extensión de mi vida y como en mi vida, la sensación de no encajar empezó a crecer y crecer hasta que me inundó por completo.



The Hurt Locker, Part Two - Wikipedia



Mi salud emocional y mental decayó bastante, en caída libre, y más en estos últimos años. Saber que nunca iba a poder compartir lo que otrxs me hacía sentir mal conmigo misma. Saber que había gente que me stalkeaba por Twitter, Instagram y FB me estaba haciendo sentir muy insegura. Incluso el saber que había gente que lee religiosamente mi blog y que no tiene buenas intenciones conmigo, que me hizo daño, me cohibió en cantidades ridículas. Empecé a escribir con miedo. 

Miedo de subir mis fotos pésimas, miedo de escribir y que se me malinterpretara, miedo de decir algo que no le gustara a la gente de twitter, miedo de que me dejaran de seguir, de que me ignoraran deliberadamente, miedo de ser honesta en mi blog y que alguien usara mis palabras contra mí, como ya sucedió en el pasado. Miedo de que me encontraran en mis páginas de memes, en mi cuenta de youtube o mi perfil de espotifai.
Porque me pasó.

Empecé a temer ver cosas que no quería ver. Fotos que no me interesaban. Interacciones de gente que me había hecho daño con gente que es muy cercana a mí hasta la fecha me sigue descomponiendo bastante, lo bastante para irme de internet al menos varias horas. Empecé a tener miedo cada que alguien me sigue en twitter y que no puedo corroborar que sea la persona que dice ser. Empecé a tener miedo de que mis memes o mis tuits se hicieran virales y llegaran a gente que quisiera hacerme daño.

Internet, que había sido en un inicio para mí como un puente hacia otra gente, una comunidad, se convirtió en un laberinto de terror del que no sé escapar. Me consume tiempo, me consume energía y me consume mi salud mental y emocional.

14 veces en que todos fuimos Rachel Berry – Glee – Spoiler Time





He llorado por las cosas que he visto por accidente, he llorado por las cosas terribles que me han dicho, he llorado porque sé que nunca voy a ser suficiente. 
Mi mediocridad no me duele, la competencia sí y me angustia bastante.
Si no me dicen nada y me dejan tranquila estaré bien pero no es el caso y porque soy rara y tonta y neurodivergente y pansexual y mujer y chalalá soy un blanco fácil.

Nunca quise que esto se volviera una guerra pero así se siente ahora.

Emma Stone Problem GIF - EmmaStone Emma Stone - Descubre ...




Borré Instagram hace unos días y luego seguiré con mi antiguo perfil de FB y posteriormente el nuevo y luego desinstalaré Twitter de mi celular y en realidad lo más probable es que sólo conserve mi cuenta de Goodreads y Youtube, sólo tengo que checar algunos ajustes técnicos. Lo he pensado mucho, durante estos meses pero no me animaba.

¿Volveré? Quién sabe, a lo mejor sí, pero lo haré cuando no se vea amenazada mi salud, ya saben.  Mientras tanto quise escribir un poco sobre cómo me siento con todo esto que ha pasado y lo mucho que me afectó y que no quise admitir. Pero no puedo ponerme en peligro otra vez.