domingo, 27 de septiembre de 2020

Entre llanto y mensajes de extrañxs

 Pensé que iban a ser dos semanas sin nuevo post en mi blog y aunque eso en años pasados me habría estresado a niveles psicóticos, esta vez es diferente. Hace tiempo decidí que no me iba a presionar en buscar algo de qué escribir porque pues, este blog no es una obligación para con nadie, entonces sólo si tengo algo digno de ser contado iba a venir. 

Y no es que no haya pasado algo interesante en mi vida, de hecho tengo algunas cosas de las cuáles me gustaría despotricar pero no es el espacio. Ustedes saben que no tengo inhibiciones y escribo de MIS cosas pero mi familia y mi vida sexual están más allá de ese límite, así que ajá, eso.

Creo que también tiene que ver el hecho de que desde hace unas semanas inicié un diario personal -el cuál escribo diario, con nombres y todos los detalles morbosos- y me ha ayudado bastante a desahogarme y saber pintar una línea entre lo que siento en mis entrañas y la realidad, algo que me ha acarreado bastantes problemas cuando era incapaz de hacerlo en este blog. Ha sido un gran ejercicio pero ese diario jamás será publicado. Hay cosas que es mejor que se mueran conmigo, ¿apoko no?


Han sido semanas agitadas. Desde la última vez que escribí mis emociones han pasado por una montaña rusa. El luto es una cosa bien extraña y por más que me esfuerzo en pensar que mi dolor sólo viene de una fuente, la verdad es que no y sinceridad les debo. 

                            




Me duele mucho mi separación del mimors pero no es lo único que me atormenta. Una vez lo dije: Cuando me llueve, a mí me llueve sobre mojado.


La cuarentonta ha erosionado mi poca estabilidad emocional y mis herramientas socio-emocionales se han ido oxidando. Siento que llueve sobre mí y yo ya estoy en un río cruel, una corriente violenta que entona muy bien con la tormenta que se desata sobre mí. No hay para dónde nadar, de dónde aferrarme o hacia qué orilla acercarme.

Es menos dramático de lo que suena pERO ES QUE ENTIENDAN QUE YA ESTOY MUY CANSADA.

Estoy cansada de toda esta situación con él, y estoy cansada de mi pinche país y estoy cansada del mundo y estoy cansada de esta pandemia y estoy cansada de mí misma. 



Me cuesta concentrarme y no he escrito gran cosa. Me siento en el piso de la sala de mi casa y miro por la ventana y cuando parpadeo ya son las ocho de la noche y tengo que meterme a bañar. Siento que el tiempo se me escapa como agua en mis manos. Tiempo, cosas que debería estar haciendo con el tiempo y no hago.


Mi humor tampoco está en las mejores condiciones. Estoy tan desanimada que me siento muy débil, tan débil que cuando agarro mi teléfono me mareo. Me cuesta seguir conversaciones largas y pueden pasar días y días en las que no reviso mi whatsapp. No tengo mucho qué reportar con mis amistades y tampoco es que quisiera contarles lo que me pasa, ¿Para qué? me pregunto, si de todas maneras no podrán hacer algo por mí, ¿Sirve que se angustien por mí? Pues no. Mejor de lejitos.


Pero no es algo tan paralizante y brutal como la vez pasada, ¿Saben? Después de ver Boys Over Flowers como por vez número 45, inicié un nuevo Kdrama que sí me interesa. Hago mi rutina de ejercicios para mantener y mejorar mi forma y las ideas, las historias, no dejan de llegar a mi cabeza y demandan ser escritas. Muchas veces llegan incluso cuando ya estoy a punto de dormir -¡Qué groseras!-

Como lo mejor que puedo, lavo los trastes e ideo nuevos estilos para ejecutar sobre mi cabello. Superviso a mi sobrina con toda mi paciencia y antes de dormir leo cuentos de terror de Amparo Dávila.

No estoy enojada ni siento mi corazón roto, porque en realidad no siento nada. Siento como si alguien hubiera apagado la luz dentro de mí, con un interruptor.


Pero las cosas no son tan malas, poco a poco he ido recuperando algunas canciones que antes no podía oír y en general siento este entusiasmo dentro de mí, aún siento una chispa de emoción que si la cuido puedo desencadenar un incendio forestal, puedo quemar todos mis impedimentos pero debo avivar ese fuego primero.

Cuidar que mi llanto no termine apagando lo que queda dentro de mí.

Esto es de paciencia, diría cualquiera y lo entiendo, estoy de acuerdo, pero también entiendo que no soy una persona paciente y todo lo quiero YA YAYAYAYAYAYA.

Pero así como no le puedo prometer nada a nadie, ni siquiera a mí misma, les aseguro que estoy siendo lo más paciente y lo más compasiva conmigo que puedo. Y creo que eso sirve de algo.



A veces todavía lloro, no puedo contener las lágrimas pero conocí a alguien que quiere secar mis lágrimas y eso debe significar algo, ¿No?  ¿Debería dejarle sacarme de esta tristeza en la que yo solita me empujé?




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