sábado, 18 de abril de 2020

Carta abierta a mi primer amor:


   Queride tú:


Todavía recuerdo la primera vez que te vi.

Éramos demasiado jóvenes, quizás todavía lo somos y a pesar de eso hemos sabido sortear las inclemencias del tiempo y la vida humana. Desde la primera vez que puse mis ojos en ti no pude mirar nada más, no podía pensar en nada más.
Desde ese primer momento en que mis manos, tímidas, sudorosas, con las puntas de los dedos frías, se acercaron hasta a ti y te acaricié por por primera vez, no deseé tocar algo más en mi vida más que a ti.

Me acompañaste siempre, creciste conmigo, me abrazabas en las noches y me besabas en las tardes. No había lluvia lo suficientemente ruidosa que me impidiera escuchar tu voz, tus palabras, en el aire, en el vacío, en el espacio.
Éramos inseparables. No había nadie mejor que tú.

Pero el crecimiento llegó a un punto de quiebre y me vi en la obligación de separarme de ti. Me alejé por cumplir mis responsabilidades de estudiante, de hija, de amiga, porque antes que ser tu amente yo era algo de alguien más.

Fui desdichada en nuestra separación, me sentía perdida, desconsolada, no era yo misma. Entonces entendí que había dejado de ser yo, me había negado a mí misma cuando acepté a renunciar a mi amor por ti.

Y volví como si nada. Volví a tomarte entre mis manos y besarte con mis labios y apretarte contra mí, contra mi cuerpo, contra mi corazón, contra mi mente.

Han sido años tormentosos. He perdido mucho y a mucha gente también. Se han ido familiares, arrebatados por las más inesperadas visitas de la Muerte. Se han ido amigues, entre mareas de amargura, resentimiento y confusión, traición y mentiras. Se han ido novies, amantes, aventurillas, personas que no supieron amarme y que yo tampoco supe amar.

Pero te has quedado tú. Contra todo y a pesar de todo, has estado aquí.

En esta cuarentena, aburrida como ostra, con un sentimiento de desesperanza, apareciste de nuevo. Regresaste a mí y me recordaste lo que era vivir fuera de mi propio cuerpo. Soñar y emocionarme y hacer que me temblaran las tripas.
Volé y volví y sigues aquí.

Te lo agradezco.
                                  
                                                 Te quedaste conmigo cuando nadie más lo hizo, lectura y por ello y                                                                                              por  lo demás soy tuya.





Charlie Marian.
18/04/2020


Somewhere: Fucking Åmål [1998]

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